Subido el 14/07/2009
Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo. No hay nada inteligente en encogerse para que otros se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños. No es cosa de unos pocos sino de todos. Y al dejar brillar nuestra propia luz inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo nuestra presencia libera automáticamente a otros...