Publicado el 27/03/2014
El desempleo ha vuelto a subir en Francia y son más de 3.350.000 los franceses que están en el paro. Las políticas gubernamentales no han dado resultado y los electores se lo hacen pagar en las urnas al Gobierno.
El desempleo sigue subiendo en Francia. Esta es la última mala noticia para un Gobierno que no ha logrado cumplir su principal promesa, la de dar trabajo a los franceses. A finales de febrero, 31.500 personas más pasaron a engrosar la larga lista de desempleados, pero desde el Gobierno se insiste en la línea política marcada como dice el ministro de Economía.
3.350.000 personas están sin trabajo y en las agencias de empleo hay más de 5.610.000 inscritos. Las medidas gubernamentales no han impedido que crezca el desempleo entre los jóvenes y los mayores de 55 años y, eso, a pesar de que se han borrado de las listas del paro, por motivos administrativos, a más de 28.000 personas.
El Gobierno parece desamparado ante los malos resultados de su política económica, un Gobierno que tiene que anunciar en las próximas semanas un nuevo recorte de 50.000 millones de euros, que afectará esencialmente a las familias.
El presidente de Francia, François Hollande, va a proponer más rigor y más austeridad como respuesta al voto de sanción que le han dirigido los electores, rigor que tendrá consecuencias.
Francia, vigilada por la Comisión Europea (CE), ya no tiene margen de maniobra. Francia, que tiene las manos atadas, y un Gobierno, que no es dueño de su futuro.
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