Subido el 20/10/2010
La democracia es un término superlativo, halaga al pueblo, a cuyos ciudadanos se les dice que tienen poder sobre la autoridad mediante las urnas. Esto es cierto de un modo tan limitado que no se le debe llamar democracia. Es en realidad una partitocracia.
Alguno de los partidos, siguiendo métodos programados de conquista social se hacen con la voluntad de las masas ocupando mayoritariamente medios de comunicación y utilizando el dinero público para subvenciones clientelares. Utilizan también métodos de la propaganda leninista y nazi que bombardea al que osa contradecirles llamándole facha, fascista, ultra, etc.
El objetivo último de la llamada democracia en España es deconstruir primero el estado y luego la nación, en buena medida porque esto reslta necesario para el programa de globalización mundial. Y es que España es el país nacionalista por excelencia, con resonantes éxitos antiimperialistas en su haber contra el islam, Napoleón o el sovietismo.
La actual lucha en la España democrática es un remake de las luchas contra los antiguos imperialismos que vuelven por su venganza histórica, esta vez con la forma insidiosa y en apariencia legal y sin violencia.
Deconstruir España es algo que se hace por todos los medios. En primer lugar con el desprestigio de todas sus instancias, como es situar en el poder y en la representación pública a personajes ineficientes que hacen el hazmerreir nacional e internacional.
Segundo se desactiva a las poblaciones instalando en ellas la más completa indolencia, la equidistancia, el relativismo como gran dogma. Se deconstruye a los jóvenes abriendoles paso a todas las perversiones que se les presentan como gozo, machacandoles con el imperio de los sentidos en películas, series de tv y modelos sociales.
Las regiones, llamadas autonomías han sido llevadas a seguir el modelo de las dos más desarrolladas e históricas: la vasca y la catalana. Regiones avanzadas económicamente, se generó en ellas el orgullo contra la capital y como consecuencia el deseo de imitar al estado y de quedarse con sus ingresos sin derivarlos a ese estado, creando un paraíso para las élites locales.
Las regiones vasca y catalana tienen un hibrido de sistema, democrático por un lado y socialnacional por otro; por un lado totalitarismo, que erradica con leyes, educación y medios de comunicación hasta el más mínimo vestigio de lo español, y por otro, haciendo que la población vote forzada, por cesión preventiva. Si no hay libertad de voto en realidad no hay democracia.
El proceso de deconstrucción de España es pionero en el mundo, está muy avanzado y cuenta con el aval de buena parte de la dirigencia global. En Europa otros ejemplos de deconstrucción están en Bélgica, en los Balcanes, en la ex Urss y países como Italia han comenzado a debatirse también.
La desgracia de la nueva era en España se pactó cuando el principal partido antes en la oposición se determinó a hacer frente a las presiones internas y sobre todo a querer darle a España voz propia en Europa y en el mundo.
Eso fue algo de lógica honesta pero también una ingenuidad. Suponía enfrentarse al nuevo orden que se programa de la globalización con poder unificado, que se inició como utopía con la Ilustración.
No hay democracia real, cuando si las cosas no van bien para uno de los jugadores éste puede derribar la mesa y sobre todo cuando debajo de la partida visible se juegan otras invisibles.
El empobrecimiento del país se hace comprensible en esta perspectiva; la pobreza y la ignorancia, fruto de un sistema educativo llamado progresista son los mejores métodos de reducir un país a la impotencia y al desmantelamiento.
Divide y vencerás es el método usado por todos los medios a su alcance; en política, en regiones, en multiculturalismo, en materia de familia, en la lucha intersexos. Divide y vencerás y además desmantela las voluntades y la capacidad de iniciativa, todo ello para que uno de los poderes se alce con todo el poder a cualquier precio y reine con toda comodidad mediante un sistema de castas elitistas, dentro de un sistema sovietista pero ahora perfeccionado, con todo por lo "legal" y hecho verdaderamente mundial.